Alaska, una tierra salvaje
La historia de Alaska se remonta a hace 15.000 y 30.000 años cuando llegaron sus primeros pobladores procedentes de Asia durante una glaciación, que supuso una bajada del nivel del mar formando un puente de tierra que unió la zona de Siberia con la actual Alaska. Estos pueblos nómadas cruzaron este puente siguiendo a los animales, ya que les proporcionaban ropa y alimento con los que poder subsistir. De esta forma, comenzaron las primeras migraciones entre Asia y América. Una de sus tribus más conocidas son los Inuit. Se dedicaban a la caza y pesca en el hielo.
En el siglo XVII, Vitus Bering, navegante danés, llegó a Alaska en nombre del zar de Rusia. Realizó otros muchos viajes demostrando que Asia y América eran 2 continentes distintos separados por un estrecho, al que debemos su nombre: Estrecho de Bering. En uno de estos viajes, tanto Bering como gran parte de su tripulación fallecieron de escorbuto, pero en su regreso, su teniente de navío regresó a Europa contando historias sobre la riqueza de flora y fauna de Alaska, además de muestras de pieles de focas y morsas. Esto hizo que se desatara la primera fiebre por Alaska. Posteriormente, se produjo la llegada de los rusos, ingleses y franceses. Los rusos comenzaron la colonización de estas tierras, concretamente en Unalaska y, como consecuencia de la caza excesiva, agotaron la oferta de pieles y suministros en la zona.
Llegada de la Fiebre del Oro y petróleo
Los rusos empezaron a perder el interés en Alaska y decidieron venderla a los Estados Unidos para conseguir llenar sus arcas, que se estaban vaciando rápidamente debido a las guerras de Napoleón con Europa. El secretario de los EEUU, Seward, firmó un tratado por el que anexionó Alaska a sus territorios por 7,2 millones de dólares. A las pocas décadas se descubrió oro en Juneau, Yukon, Nome y Fairbanks, dando paso a la época conocida como Fiebre del Oro. La promesa de aventuras y de este preciado metal hizo que Alaska, la “Última Frontera”, fuera un punto de peregrinación para muchos. Con la II Guerra Mundial, los japoneses invadieron las islas Attu y Kiska, posteriormente recuperadas tras una sangrienta batalla. Este ataque hizo que EEUU decidiera proteger Alaska establecieron bases militares. Finalizada la guerra se descubrió petróleo y consiguieron grandes riquezas.
Gran riqueza natural y cultural
Hoy en día, el turismo es otra fuente de ingresos importantes y esto se debe a la belleza de sus Parques Nacionales como el Parque Nacional de Denali, el de los Fiordos de Kenai o Katmai, y también sus glaciares y grutas, por ejemplo. Igualmente, podrán contemplar su riqueza cultural heredada de los Inuit con sus célebres tótems (tallas de madera) y natural contemplando su rica flora y fauna como las águilas calvas, arces, salmones u osos pardos, entre otros. Todo ello es posible en su crucero Hurtigruten por Alaska, navegando por la espectacular Columbia Británica como un auténtico explorador e incluso por las islas Aleutianas e Inside Passage con sus orcas y ballenas jorobadas.
Cruceros Hurtigruten por Alaska
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